El Acuerdo de Copenhague y el ciclo Júpiter-Neptuno

Juan Estadella

Pues sí, todos nos esperábamos mucho más. Las últimas noticias que llegaban de Copenhague, donde se celebraba la Conferencia sobre el clima, eran decepcionantes. Se acababa el día y terminaba la reunión de alto nivel; en la madrugada, seguían con las votaciones. Al final, para un simple “acuerdo de mínimos”. Un documento que, a pesar de nacer del acuerdo de los Estados Unidos, China y otros grandes (grandes culpables del calentamiento global, antes que nada), se encontraría después con la oposición de algunos pequeños países, como Venezuela o Cuba.

La Luna (los seres vivos) únicamente mal aspectada (n/e)

El documento final era un acuerdo de última hora forzado por Obama y su team diplomático, que habían presionado al máximo a China y a otros países para evitar que la cumbre terminara en un fracaso rotundo. Con todo, a pesar del débil acuerdo o mera declaración de intenciones, después del desengaño del Protocolo de Kioto (1997) sobre el cambio climático, todo avance o noticia positiva sobre el tema nos parece un pequeño paso. Y más si el país que firmó y que nunca ratificó dicho protocolo (los Estados Unidos) lidera ahora la posición que aboga por reducir las emisiones de gases que causan el calentamiento global.

Astrológicamente, este tema de rabiosa actualidad guarda relación con un ciclo que se renovó en este 2009: el ciclo Júpiter-Neptuno. En el último Congreso Ibérico, celebrado en junio en Madrid, presenté mi ponencia sobre dicho ciclo. Vamos a recordar algunas ideas, valoraciones y pronósticos que figuraban en el texto de mi ponencia, con algunos comentarios que apunto hoy a pie de párrafo:

“El efecto de este ciclo en el mundo sublunar, en el plano mundano, se ha relacionado tradicionalmente con la distensión internacional, con iniciativas de paz, ofensivas diplomáticas, tratados, acuerdos o armisticios. Las relaciones internacionales, viven un momento de auge (…) En el pasado, hemos sido testigos de ello con acontecimientos en la línea de lo apuntado: tratados, acuerdos, conferencias, pactos, alianzas, asambleas pacifistas, capitulaciones, indultos, ofertas de paz, treguas, reconciliaciones entre países, creación de organismos internacionales, conciertos benéficos y otras manifestaciones de esta naturaleza”.

Comentario: claramente, el evento de hoy y de días recientes se ajusta al producto de dicho ciclo. A pesar de que el resultado de la cumbre sea una fracaso encubierto o un paso de hormiga, no deja de responder a la “energía” del binomio planetario: los países se reúnen, hablan, pactan, intentan llegar a un consenso en algo… En estos momentos, ambos planetas están en estrecha conjunción (orbe de sólo 23’ de arco).

“El elemento o triplicidad, la cuadruplicidad y el signo zodiacal donde se inicia el ciclo, donde tiene lugar la conjunción de los dos planetas que forman el par planetario del ciclo que se estudia, es ciertamente importante, dado que aportan sus características a la idea o realidad física que está detrás del ciclo en sí. El signo en particular, puede ser un verdadero decorado de fondo o simplemente un fino matiz para un ciclo determinado (…) Este año, el ciclo se renueva en el signo de Acuario. De alguna manera, este signo facilita el que se canalice adecuadamente el producto del binomio Júpiter-Neptuno. Es una tierra fértil, en contraposición a otros signos estériles o de menor calidad para los fines de este par planetario, por decirlo de alguna manera. Más aún, por sus propias características, dado que Acuario es la Casa XI en el horóscopo natural del mundo, propicia todo tipo acuerdos, alianzas, coaliciones o pactos entre naciones. O quizá yendo más lejos, tiende a que las relaciones internacionales se asienten sobre un escenario nuevo, basado en un clima de camaradería, fraternidad, de mayor complicidad entre las diferentes naciones que componen este mosaico multicolor que es nuestro mundo, con mayúsculas”.

Comentario: el signo de Acuario se ha notado, a modo de decorado de fondo, en las diferentes iniciativas y acuerdos que ha propiciado el ciclo en sí en este año 2009 que ya se va. También en esta cumbre sobre el calentamiento global, independientemente del resultado obtenido.

Ciclo Júpiter-Neptuno

“En relación al 2009 y a la renovación del ciclo que se consumará, astronómicamente hablando, en Mayo del próximo año, cabe esperar que en buena parte de las tres cuartas partes del año en que esté la conjunción técnicamente en orbe, asistamos a un clima internacional con tendencia a la distensión, especialmente en determinadas fechas, que más adelante se apuntan. En estas fechas sensibles, coincidiendo con la conjunción cerrada de Júpiter y Neptuno, es cuando pueden cerrarse algunos acuerdos de paz o cuando pueden fructificar determinadas iniciativas humanitarias o filantrópicas. La diplomacia internacional puede ser protagonista en los medios de comunicación, pudiendo destacar más algunos cancilleres o ministros de asuntos exteriores que determinados primeros ministros o presidentes. Cabe esperar también de algunos países una agenda internacional densa, llena de compromisos, en sintonía con el ciclo que aquí se estudia”.

Comentario: algunos de los eventos positivos que han nacido bajo la luz de Júpiter y Neptuno, más allá de la cumbre celebrada en estos días, han sido: el acuerdo del grupo de países del G-20, que en abril de este año pactaron la reforma más profunda del sistema financiero mundial desde 1945 (“El mundo se une para luchar conjuntamente contra la recesión mundial”: Gordon Brown dixit). También el levantamiento de las restricciones a Cuba, por parte de los Estados Unidos o el discurso histórico de Obama en El Cairo, en junio pasado, donde tendía una mano al mundo islámico, intentando una aproximación política sin precedentes en los últimos tiempos. De hecho, la política pacifista de Obama le ha valido un –discutido- Premio Nobel de la Paz.

Y con respecto a Obama, decía en el texto de mi ponencia (enviado en agosto de 2008):

“A mi juicio, la diplomacia norteamericana puede en el 2009 liderar o fomentar determinadas políticas que estén en sintonía con este ciclo. No únicamente en relación a acuerdos concretos o puntuales, a modo de tratados, sino propiciando conferencias y reuniones de alto nivel para tratar algunos temas candentes que por aquél entonces estén sobre la mesa”.

Comentario: no olvidemos que el “acuerdo de mínimos” de hoy ha sido posible por Obama. Y he de decir que únicamente a partir del ciclo Júpiter-Neptuno, no era posible efectuar esta última previsión astrológica. Aquí intervienen diferentes técnicas, dentro de la astrología mundial y natal, que permiten esta precisión. No voy a comentarlas aquí, pues no procede; prefiero comentar exclusivamente lo tocante al ciclo que nos ocupa, aún convirtiendo el texto de la ponencia y los comentarios en una astrología más plana y roma…

“Ambos planetas estarán en conjunción eclíptica exacta el 27 de Mayo, el 10 de Julio y el 21 de Diciembre de 2009. Y el epicentro, en cuanto a fechas sensibles para eventuales acontecimientos en la línea de lo esperado, estará justamente cerca de estas tres fechas. Así, es más probable que vivamos un mini período donde reine la distensión política internacional cerca de estos días y meses, próximo al orbe “0”, que a primeros de Abril, a 6° de orbe o a primeros de Febrero de 2010, deshaciéndose ya la conjunción, a más de 8° de separación un planeta de otro. Los meses de Mayo, Junio, Julio y Diciembre de 2009 parecen ser los más proclives a generar un clima de fondo o a propiciar acontecimientos puntuales en la línea de lo que acostumbra a producir este ciclo”.

Comentario: como ya apuntaba hace casi un año y medio, las fechas donde serían más posibles acuerdos o acontecimientos relevantes, en la línea de lo esperado, podían acotarse ya. En el tema que nos ocupa, el acuerdo de ayer acerca de (intentar) limitar las emisiones de gases que causan el calentamiento global, la fecha del evento (18 de diciembre) está muy cerca del momento en que se efectúa la conjunción exacta (21 de diciembre). Era de esperar.

“Con todo, no es posible aislar un ciclo o un aspecto determinado en esta rama astrológica. Es necesario supeditar al contexto astrológico global toda configuración particular, condicionándola a elementos astrológicos que pueden modificar en buena medida el resultado de aquellas (…) Y el contexto interplanetario de fondo, donde intervienen los planetas más lentos, también hay que considerarlo. La lectura a efectuar es muy diferente si el período en cuestión está acribillado de aspectos duros entre planetas pesados o si por el contrario, todos los planetas más lentos están en aspecto neutro o armónico entre sí. En este último caso, el ciclo Júpiter-Neptuno puede devengar muchos más dividendos; la cantidad y calidad de su efecto pueden depender de ello. Así, en el caso que nos ocupa podemos ver que el clima de fondo, a nivel interplanetario, no es tan favorable conforme avanza el año: a partir de mediados del 2009, Urano y Plutón llegan a estar técnicamente en cuadratura y, a finales de año, Saturno y Plutón llegan a estar también en un ángulo de 90°. Incluso en algún momento, como a primeros de Octubre de 2009, llega a estar en orbe la T Cuadrada formada entre Plutón, Urano y Saturno”.

Comentario: esto es muy importante. A mi juicio, la cuadratura entre Saturno y Plutón para el cielo del momento y, con una importancia mucho menor, la oposición de Marte a la conjunción entre Júpiter y Neptuno, ha restado fuerza a lo que cabía esperar de este ciclo… y a lo que cabía esperar de esta cumbre, dadas las expectativas de las últimas semanas.

“Existen otras muchas consideraciones a tomar en cuenta (…) Al respecto, es imprescindible efectuar un seguimiento del Sol, Mercurio, Venus y Marte, prestando una atención especial a las relaciones interplanetarias que, paralelamente al ciclo Júpiter-Neptuno, se formen entre el Sol, Venus y Júpiter, pues pueden convertirse en mini etapas que potencien el efecto del ciclo principal”.

Comentario: nótese la configuración interplanetaria para el día del acuerdo, donde la conjunción abierta entre el Sol y Venus (en Sagitario, además) está en sextil a la conjunción Júpiter-Neptuno, el ciclo que justifica este acuerdo o carta de intenciones entre países (es de esperar que no se convierta en un Kioto 2).

Para acabar, quiero hacer notar que viendo estos últimos coletazos del ciclo Júpiter-Neptuno (aunque decepcionantes), nos damos cuenta de lo importante que es esta rama de la astrología: la Astrología Mundial. Muchos astrólogos se olvidan de ella y esto es imperdonable pues el destino colectivo manda. A todos nos afecta lo que sucede en el mundo. Sea una cumbre de alto nivel para intentar frenar el cambio climático o una escalada bélica en Afganistán. Y la única astrología que puede explicarlo es justamente esta.

Juan Estadella
juanestadella@hotmail.com
Barcelona, 19-12-2009