Un
Mito es una evocación, una analogía simbólica; pero los planetas en Astrología
no actúan exactamente igual que su Mito asociado, sino como se viene observando
desde hace milenios. Con los conocimientos actuales (2010), podemos establecer
correspondencias que nos permitan hallar indicios sobre el significado
astrológico de los “nuevos planetas” y sobre el alcance de su supuesto “efecto”[1],
aunque hoy por hoy sea prematuro utilizarlo en la interpretación normal.
Qaoar,
Makemake y otros cuerpos recientemente descubiertos tienen órbitas comparables
a la de Plutón y prácticamente compartidas con él, la cual atraviesan en un
momento dado. Esto complicaría la propia interpretación de Plutón, que ahora
deberíamos interpretar como un cinturón, como le ocurre a Ceres. Varios
astrólogos ya percibíamos, antes del descubrimiento de los objetos de Kuiper,
que Plutón, en ocasiones, parecía actuar un poco antes (o bien después) de
transitar un punto de la carta natal, algo que podría deberse al paso de sus
compañeros de órbita.
Pero con Eris es distinto. Eris está mucho más allá de Plutón, ocupando la siguiente órbita de Bode, algo que induce a pensar en un efecto astrológico diferenciado y que me decidió a empezar el presente trabajo. Y luego estaría Sedna, con una órbita mucho más alejada todavía, probablemente definiendo grandes periodos históricos de la humanidad, que seguro merece un futuro estudio al respecto.
http://www.gavinrymill.com/dinosaurs/new-solar-sytstem/trans-neptunian-pluto-quaoar-sedna.gif
El objetivo del presente trabajo es ayudar a dilucidar el posible efecto
astrológico de Eris. Hoy por hoy se conocen parámetros físicos y orbitales de
un cuerpo del Sistema Solar cuyo nombre evoca todo un contenido mitológico y,
por lo tanto, simbólico. ¿Tiene realmente un efecto astrológico? ¿La mitología
asociada al nombre que se le ha atribuido es el adecuado y se corresponde con
su efecto? ¿Debería el astrólogo incluirlo en sus horóscopos? ¿Puede explicar
hechos no indicados en los horóscopos levantados hasta ahora?
Para responder a estas preguntas, aunque sólo sea parcialmente, lo
primero que podemos y debemos cuestionarnos es si, atendiendo a sus
características físicas y orbitales, podemos concederle algún valor astrológico
teórico y, posteriormente, comprobar su efecto y contenido simbólico con todos
los indicios disponibles, y analizando casos históricos y personales reales.
Introducción:
lo que sabemos actualmente[2]
Eris (inicialmente llamada Xena[3],
como la heroína de cómic) es el nombre de la diosa griega de la Discordia. Su
contenido simbólico, atendiendo a la mitología, podría ser muy próximo al de
Plutón, pero de naturaleza “femenina”; aunque, claro está, habría que comprobar
que el nombre de Eris y su mitología asociada, le son correspondientes.
Eris, o Éride (ambas formas son
correctas en castellano) es la deidad griega equivalente a la latina Discordia.
El nombre resulta especialmente adecuado, según muchos astrónomos, ya que el
descubrimiento de Eris supuso el inicio del proceso de degradación de Plutón a
planeta enano y una nueva clasificación de los cuerpos del sistema solar.
Disnomia, hija de Eris y la divinidad de la Anarquía, el nombre de su satélite,
no se queda atrás, pues es un guiño al nombre extraoficial de Eris: la actriz
que daba vida a Xena era Lucy Lawless, cuyo apellido significa en inglés
"sin ley, en estado de anarquía".
Su nombre oficial actual (a partir
del 13 Sep 2006), Eris, también tiene relación con la guerra, como Xena, en
este caso la de Troya. En la mitología griega, Eris era el nombre de la diosa
de la discordia y fue la encargada de provocar el comienzo de la guerra de
Troya provocando una discusión entre Hera, Afrodita y Atenea con un humano de
por medio, Paris.
En el documento oficial, Eris fue descubierto por el equipo de Michael
Brown[4],
Chad Trujillo, y David Rabinowitz el 8 de enero del 2005 a partir de imágenes
tomadas el 21 de octubre del 2003, aunque parece más probable la fecha del 5 de
enero de 2005. El descubrimiento fue anunciado el 29 de julio del 2005, el
mismo día que otros dos grandes objetos del cinturón de Kuiper: Haumea y
Makemake[5].
El equipo investigador ha estado buscando sistemáticamente objetos del Sistema Solar exterior durante varios años y ya había estado relacionado con el descubrimiento de otros grandes objetos transneptunianos, incluyendo a (50000) Quaoar y (90377) Sedna. Observaciones rutinarias habían sido tomadas por el equipo el 31 de octubre de 2003 usando el telescopio de 48 pulgadas Samuel Oschin de Monte Palomar en California. Pero el objeto no fue descubierto hasta enero del 2005, cuando más imágenes de la misma zona mostraron su lenta evolución sobre el fondo de estrellas. Observaciones subsiguientes permitieron determinar la órbita, que a su vez dieron una estimación de la distancia y el tamaño.
Según Michael Brown, su
descubridor, parece ser que se eligió el nombre de Eris entre los que él mismo
propuso, porque “Era demasiado bueno
para resistirse a ello”. Y añade "Plutón
y Eris son esencialmente gemelos -excepto que Eris es el más grande de los dos-
y un poco más frío".
Por un motivo u otro, el hecho es
que los planetas no visibles a simple vista que se han ido descubriendo han
acabado adoptando el nombre mitológico que se corresponde con el efecto que
ejercen sobre los seres humanos y el planeta Tierra. Se ha especulado con
fenómenos culturales o de subconsciente colectivo para explicar este fenómeno.
Junto con Plutón y el resto de los plutoides (o transneptunianos), se
hallaría en el llamado “cinturón de Kuiper”, más allá de Neptuno[6].
Según observaciones del Hubble y del
Observatorio Keck, el diámetro de Eris es de 2.398 km (± 96 km); con una masa
de 1,66×1022kg. Eris es un poco más grande que Plutón (aunque tiene
un satélite mucho más pequeño que Caronte), cuyo diámetro y masa son: D=2.302
km , m=1,305x1022kg. Debe ser un objeto con un albedo relativamente
alto, haciéndolo más parecido a Plutón que cualquier otro objeto descubierto
hasta la fecha.
Eris tiene un período orbital de
unos 560 años y actualmente (2009) se encuentra casi a la máxima distancia
posible del Sol (afelio), a unas 97 unidades astronómicas de la Tierra (14.400
millones de kilómetros). Igual que Plutón, su órbita es muy excéntrica y llega
a unas 35 UA del Sol durante el perihelio (la distancia de Plutón al Sol varía
entre 29 y 49,5 UA, mientras que Neptuno orbita a unas 30 UA). Al contrario que
los planetas telúricos y los gigantes de gas, cuyas órbitas están
aproximadamente en el mismo plano que el de la Tierra, la órbita de Eris (2003
UB313) está inclinada unos 44° respecto a la eclíptica.
Efemérides
de Eris
Fecha |
Longitud |
Latitud |
Distancia Sol (UA) |
|
01.01.1900 |
21 pi 35 |
-32°55' |
92.186328749 |
|
05.06.1922 |
0 ar 1 |
-29°13' |
94.944091928 |
1ª entrada
en Aries |
25.07.1922 |
29 pi
59 |
-29°27' |
94.248742864 |
1ª
retrogradación a Piscis |
31.12.1926 |
0 ar 0 |
-28°30' |
95.281797741 |
Entrada
definitiva en Aries |
28.06.2009 |
21 ar
59 |
-13°44' |
96.968176196 |
Posición
actual |
13.11.2036 |
27 ar 30 |
-8°26' |
93.578310377 |
|
Eris no es visible a simple vista, pues tiene un tamaño aparente (ver
anexo A[1]) de una centésima de segundo de arco, muy pequeño, algo que depende
del tamaño real y la distancia del observador. Esto también ocurre con Urano,
Neptuno y Plutón, de efecto astrológico comprobado desde hace muchos años y en
muchas cartas en la labor cotidiana de los astrólogos. El hecho de no ser
visible puede relacionárselo con el efecto compulsivo que parecen ejercer por
tránsito, aunque esto también podría explicarse por su largo período de
traslación (84 años en el caso de Urano), lo que implica que sus tránsitos sólo
se viven una vez en lapso de una vida humana (por ejemplo, el tránsito por
conjunción a cierto punto de un tema natal), que sorprenden al nativo en un
estado “inmaduro”, sin experiencia anterior, como ocurre con los tránsitos de
las estrellas, aún mucho menos frecuentes que los de los denominados transpersonales
Urano, Neptuno y Plutón[7].
Eris está a menor distancia que las estrellas que se utilizan desde antiguo en
Astrología y es de un tamaño parecido a Plutón, así que estos parámetros no
deberían ser un obstáculo para validarlo astrológicamente.
No se puede excluir astrológicamente a casi ningún objeto celeste. Se ha
relacionado al cometa Halley con la muerte de Mark Twain, que murió a los 75
años, cuando el cometa Halley regresó a la posición natal del cometa en la
carta de Twain, en una casa 8 sin otros ocupantes. Otra cuestión es que esto
resulte práctico, como explicaré más adelante.
El tamaño aparente está en relación con el orbe o campo de acción
astrológica sensible, aunque esta relación no es nada directa. Al Sol y la Luna
(unos 30’ de TA) se les atribuye un orbe de acción mínimo de unos 10º para la
conjunción (algunos autores aplican 12º y otros hasta 15º). A Júpiter, con un
tamaño aparente medio de 44”, unas 40 veces más pequeño que el de la Luna o el
Sol, o a Venus (36”), se le atribuye un orbe un poco menor que a las
luminarias, al menos 9º para la conjunción. A Plutón, con un tamaño aparente de
0,03” , unas 15 veces menor que el de Júpiter, se le atribuye un orbe mínimo de
8º. Y a Eris, con un tamaño aparente de 0,01”, tan sólo 3 veces menor que
Plutón, se le debería atribuir un orbe parecido, o poco menor, por ejemplo unos
prudentes 7º (como a los Nodos lunares).
La lentitud de su movimiento le hace más parecido a las estrellas mal
llamadas “fijas”, que afectan a pocas personas durante mucho tiempo,
otorgándoles (o condicionando) un destino muy especial, a menudo “histórico”.
La excentricidad (ver anexo A[2]) de su órbita, mayor aún que la de Plutón,
hace que su movimiento adquiera una velocidad variable, siguiendo las leyes de
Kepler (ver anexo A[3]). Ahora que se encuentra en su afelio, en su máximo
alejamiento al Sol, se mueve a unos 0,2º por año[8]
, pero alcanzará una velocidad de traslación aparente próxima a 1º de arco por
año cuando se encuentre en su perihelio. Esta lentitud en su movimiento,
otorgando a los tránsitos de Eris un orbe máximo de 2º, sus tránsitos durarían
entre un mínimo de 3 años (en el perihelio) y más de 10 años en la época actual
(próximo al afelio).
Debido a esta gran excentricidad, y pese a una distancia media del Sol
mayor del doble de Plutón, atraviesa en su perihelio la órbita de Plutón en su
afelio. Esto no le daría un parecido simbólico, pues Plutón también atraviesa
la órbita de Neptuno y no presenta parecido simbólico con éste.
Las
excentricidades de las órbitas de los planetas del Sistema Solar son:
Planeta |
Mercurio |
Venus |
Tierra |
Marte |
Ceres |
Júpiter |
Excentricidad |
0,2056 |
0,0068 |
0,0167 |
0,0934 |
0,080 |
0,0484 |
Planeta |
Saturno |
Urano |
Neptuno |
Plutón |
Eris |
Makemake |
Excentricidad |
0,0054 |
0,0472 |
0,0086 |
0,2488 |
0,4418 |
0,159 |
Ordenados
de menor a mayor excentricidad:
Saturno-Venus-Neptuno-TIERRA-Urano-Júpiter-Ceres-Marte-Makemake-Mercurio-Plutón-Eris
Se ha asociado la excentricidad al carácter de “trasgresor”, siendo
Saturno el de órbita más próxima al círculo y, por lo tanto, el más
“conservador”. Eris sería todavía más trasgresor que el propio Plutón.
El hecho de que cumpla la ley de Bode (ver anexo A[4]) lo equipara a la
mayoría de los planetas. Tan sólo parecen dejar de cumplirla Kirón, asteroide
de órbita errática entre Saturno y Urano, y, por otro lado, y muy
sorprendentemente, Neptuno[9].
La inclinación de la órbita sobre la eclíptica, de unos
44º, bastante más que Plutón (17,15º), hace dudar mucho de su valor
astrológico pues, a diferencia de los planetas considerados hasta ahora, se
sale de la “banda zodiacal”, de unos 22,5º a un lado y otro del ecuador
terrestre, aunque gran parte de su recorrido lo hace dentro de la misma. Tenemos una buena ocasión para comprobar si su
efecto zodiacal se mantiene o no fuera de dicha franja, si habría que
“habilitar” nuevos signos fuera de la franja zodiacal, o si esta exagerada
inclinación lo invalida astrológicamente. En los tiempos actuales (ver figura),
Eris se mueve dentro de dicha franja.
Así pues, los parámetros orbitales no suponen una (gran) limitación a su validación astrológica.
En cuanto a la mitología, me limito a transcribir lo ya difundido ampliamente al respecto, especialmente por los autores clásicos (ver anexo B).
Como el mito asociado, Eris sería un planeta femenino. En Astrología los
elementos “masculinos” son una energía de expresión, mientras que lo femenino
indicaría una energía de percepción. Hay varias maneras de establecer dipolos
simbólicos:
Sol-Luna, Venus-Marte, Mercurio-Ceres, Júpiter-Saturno, ¿Urano-Eris?,
¿Plutón-Neptuno? (masculino-femenino) [10]
Venus-Marte, Mercurio-Júpiter, Sol/Luna-Saturno (dipolos clásicos por
regencias de los planetas visibles).
La abundancia de metano en su superficie le otorga, como en el caso de
Plutón, un color rojo al que podemos asociar. A Plutón también se le asocian
colores oscuros como el granate (incluso el negro), probablemente por su
lejanía y no visibilidad. Colores próximos al rojo son el anaranjado y el
morado, que, por prudencia, no debemos excluir.
Astros |
Masculino |
Femenino |
Luminarias |
Sol |
Luna |
Personales-Transp. |
Mercurio-Urano
|
¿Ceres-Eris?
|
Sociales |
Júpiter |
Saturno |
Pero aún quedan muchas dudas, pues podríamos englobar a todos los
transneptunianos, de características astronómicamente comunes, hasta cierto
punto, atribuyéndole así una función “plutoniana”.
Pero debemos reconocer que la denominación de “cinturón de Kuiper” es
una convención. En cuanto a su órbita, como hemos visto, está perfectamente
diferenciado de Plutón. Y esto debe hacernos dudar mucho de un contenido
simbólico semejante al de Plutón.
Si realmente se tratase de la octava superior de Ceres, tendría que ver
con cuestiones intelectuales y racionales, como Mercurio y Urano (y Ceres),
pero con mayor énfasis en la percepción, por ser femenino, que en la expresión.
Mercurio está relacionado con la comunicación, pero también con la
“malcomunicación”, las mentiras o los malentendidos. Urano, su octava superior,
se le relaciona con la fraternidad, pero también con la rebeldía y el espíritu
contrariador. Ceres está aún astrológicamente poco estudiado aún, pero se le
relaciona con la contabilidad y la clasificación. Por eso Eris, como octava
superior, también estaría relacionado con los modernos aparatos de medida y, en
otro orden, la percepción nerviosa y los sentidos. Y, por supuesto, con la discordia,
como sugiere su nombre... ¿Podría estar también relacionado con la concordia
cuando hace un aspecto armónico?
A los planetas “modernos” se les ha asociado, creo que muy
acertadamente, con las novedades propias de la época: Urano con los avances científico-técnicos
subsiguientes a la ilustración francesa, la independencia de América, etc.; a
Neptuno con el movimiento romántico del siglo XIX y a Plutón con la energía
atómica, el petróleo, etc.
Cuando pienso en los tiempos tan poco gloriosos e innovadores que
vivimos, para atribuirle un contenido simbólico a Eris, pienso en la
telebasura, alimentada por y también productora de discordia, como
manifestación negativa. Otros signos de los tiempos actuales serían: la
corrupción, la publicidad engañosa, el consumismo, el fraude alimentario y, en
otro orden de cosas, la homosexualidad femenina, la microcirugía, los aparatos
de medida digitalizados y sistemas de detección avanzados, informática y
robótica.
Estas últimas asociaciones con conceptos científicos, hasta ahora eran
más bien atribuidos a Urano, que parace bastarse en estos temas. Claro que
seguramente se bastaría Mercurio si no hubiese sido descubierto Urano, pues
éste, en realidad, posee un contenido simbólico ya incluido en el contenido
simbólico de Mercurio en muchos aspectos.
Es un hecho que Neptuno no tiene un contenido simbólico completamente
diferenciado de Venus (ambos “románticos”), ni Plutón de Marte (ambos
“competitivos”). Si atendemos a los tiempos que vivimos, tan “tecnológicos”,
creo que es prudente atribuirle un significado próximo a la familia simbólica
que forman Mercurio-¿Ceres/asteroides?-Urano. Y que pueda ser la octava
superior de Ceres me induce a pensarlo el hecho de que el de Kuiper es otro
“cinturón”, con una variedad de objetos, aunque, a diferencia de los
asteroides, en el cinturón de Kuiper caben varias órbitas de Bode.
Algunos astrólogos le han atribuido el domicilio en Aries, y su exilio
correspondiente en Libra, el signo opuesto, más dado a cultivar la “concordia”.
Y esto parece al menos razonable. El domicilio en Aries coincidiría con el
signo en el que se encontraba Eris al ser descubierto, pero todo esto sería
congruente suponiendo que el mito hoy por hoy atribuido de Eris sea el adecuado
y de que realmente sea así.
Recordemos, además, que, cuando fue descubierto Neptuno, éste se
encontraba en Acuario, que no es su signo de domicilio, sino más bien su signo
de caída, según la mayoría de los autores.
A Neptuno se le acabó atribuyendo el domicilio de Piscis por la
observación de casos reales, pero es cierto que el MC (lugar de “señorío”) cae
en Piscis. El AS en Cáncer y su regente, la Luna, en Escorpio pueden hacer
sospechar un domicilio de agua.
En el caso de Urano y Plutón ocurrió igual, y las cartas de su
descubrimiento parecen hablar del descubrimiento en sí e indirectamente de la
época histórica, pero no queda nada claro que las cartas describan el “efecto”
del planeta. Lo que sí es muy llamativo, es que en el caso del descubrimiento
de los tres transpersonales, en todos los casos, la Luna estaba en Escorpio, en
caída, y lo único que los tres tienen en común es el hecho de ser considerados
maléficos y de acción compulsiva.
Otra posibilidad es que Eris tuviera su domicilio en el signo de Tauro,
que es a Virgo como Acuario lo es a Géminis. De esta manera tendríamos un
planeta femenino en un sigo femenino, y en el mismo elemento que su octava
inferior.
Algunos objetarán que Plutón tiene su domicilio en un signo femenino
(Escorpio), pero aún hay muchas discrepancias con respecto a las dignidades
cósmicas de los transpersonales, y Plutón podría tener su domicilio en Aries,
signo masculino, y tan sólo su exaltación en Escorpio. Esta polémica aún no ha
terminado.
Se me ocurrió pensar en el signo de Tauro como domicilio de Eris porque
siempre he percibido en los conocidos Tauro una gran capacidad de fraternal
concordia y también les he visto sumidos en la discordia como verdaderos
“escorpios” (el signo opuesto). Y qué voy a decir de la percepción por los
sentidos de un Tauro...
Es decir, planteo la hipótesis de la siguiente asociación simbólica:
...que guardaría una simetría bipolar con el eje de 0º Aries
Insisto en que todo esto son asociaciones simbólicas, teóricas, más o menos arbitrarias, a las que me conduce mi inevitable subjetividad al observar los diversos indicios, muchos de ellos meramente literarios, que he podido encontrar, y podría estar completamente equivocado. Veamos qué podemos observar en cartas personales e históricas.
En la página web del Instituto Caltech, Brown dice: “Debido a que el
nuevo planeta enano está tan lejos, se mueve más lento que la mayoría de los
objetos que encontramos. De hecho, nuestros ordenadores no se dieron cuenta la
primera vez! Comenzamos un nuevo análisis, un año más tarde. Este nuevo
análisis encontró el nuevo planeta a las 11:20 AM PST 5 enero de 2005, casi 1 y
1 / 2 años después de obtener los datos iniciales. Los informes iniciales
sugirieron que la fecha de descubrimiento fue 8 de enero. Nos disculpamos por
el error, causado por la locura que rodea el primer día del anuncio. “

Monte Palomar (CAL), 5 enero de
2005,11:20 AM PST
El análisis posterior, más fino, de estos datos, identificó al planeta el 5 de Enero de 2005. Luego está la fecha oficial del día 8 del mismo mes y el anuncio público el 29 de Julio de 2005... de nuevo tenemos que reconocer que una mera atribución simbólica no es suficiente para estar seguros de su naturaleza astral.
La naturaleza astral que hoy en día consideramos de, por ejemplo, Neptuno, no se debe a la carta de su descubrimiento, sino a la observación de la realidad efectuada desde aquel momento. Que su naturaleza “encaje” en la carta de su descubrimiento, que encaje con los tiempos históricos de su descubrimiento, y que encaje, al menos en parte, con el mito de Poseidón-Neptuno, que le da nombre al planeta, son coincidencias probablemente significativas. No es que Neptuno (o cualquier otro planeta) actúe exactamente igual que su mito asociado; un cuerpo celeste actúa (astrológicamente) como podemos observar, pero se le asocia un mito de la civilización para comprenderlo mejor. Los propios mitos de la antigüedad tienen por lo general un origen cosmogónico.
Pero el efecto real que debemos considerar es el observado, nunca el
atribuido a priori, y así ha venido ocurriendo hasta ahora con Urano, Neptuno y
Plutón, como en su día lo fue con el resto de los planetas.
No podemos estar seguros de que
Eris sea el nombre definitivo, ni de que el contenido simbólico que se le ha
atribuido sea el correcto. Recordemos que Urano, casi 200 años después de su
descubrimiento, aún era considerado por los astrólogos como un planeta “de
extraño comportamiento” y que, a principios del siglo XX, todavía se le
nombraba como Hershel, el nombre de su descubridor, sobre todo en Inglaterra.
Me temo que serán necesarias muchas observaciones a lo largo de muchos años
para que tengamos tan claro el funcionamiento de Eris como ahora lo tenemos de
Urano, Neptuno y Plutón.
No parece que Brown, el descubridor de Eris,
y su equipo, hayan hecho estudio astrológico al respecto. Cuando dice Brown que
Plutón y Eris son “gemelos” se refieren a su parecido tamaño y gran lejanía de
la Tierra.
Cierto es que su color rojizo común es toda una tentación para
atribuirle un contenido simbólico semejante a Plutón, pero estos argumentos nos
hubiesen llevado, cuando se descubrió Neptuno, a atribuirle una función
astrológica semejante a Urano, pues son muy semejantes en tamaño, color
azulado, etc. Las observaciones astrológicas hechas a lo largo de muchos años
los ha diferenciado completamente.
Personalmente me inclino a atribuirle un contenido simbólico de la
familia intelectual del dipolo Mercurio-Ceres (la octava superior sería
el dipolo Urano-Eris), más que a la familia pasional del dipolo Marte-Venus,
cuya octava superior estaría ya completa con Plutón-Neptuno.
Sin excluir su matiz violento (que también se le atribuye a Urano), creo que el elemento asociado más próximo es la tierra, en estos tiempos tan materialistas que vivimos. E intelectual/científico, atendiendo a la gran valoración de la tecnología científica que se hace hoy en día. Los tiempos que vivimos, a caballo entre el siglo XX y el XXI se caracterizan sobre todo por el materialismo y el cientifismo: cuando algo es de tecnología punta o rentable, parece quedar todo justificado. Como queda justificado el fraude alimentario actual, con preparados alimenticios tan artificiales que lo que comíamos hace 40 años se podría calificar hoy en día de “alimento biológico” o “ecológico”. Por esta relación con la alimentación y la economía, guardaría analogía con el signo de Tauro.
En cuanto al cientifismo, no se trataría de un cientifismo descubridor y
pionero, de la talla de Nikola Tesla o Albert Einstein, hace muchas décadas que
no surge ninguno de tal significación histórica, de consecuencias tan
revolucionarias, sino de las aplicaciones prácticas de sus descubrimientos
(ahora tenemos ordenadores muy avanzados, pero la informática se “inventó” hace
unos 80 años[15]), es decir,
con la tecnología.
Lo que estoy seguro es que se trata de un planeta maléfico, por
el hecho de ser no-visible y, por tanto, de comportamiento compulsivo,
transpersonal. En todas las cartas relacionadas con su descubrimiento aparecen
muchos planetas en signos de indignidad cósmica.
No me atrevo a pronunciarme sobre los signos de su domicilio, por más
que sospeche del signo de Tauro, y mucho menos sobre su exaltación. Pero parece
segura su relación con la tierra, por los tiempos tan materialistas que
vivimos, por lo que no podemos excluir a Capricornio. Otros autores lo
relacionan con Aries y también con Libra, pero hoy por hoy no me parece que
estemos en condiciones de atribuir un domicilio con seguridad.
Debe ser femenino, sobre todo por completar el esquema de las
polaridades planetarias, no porque se le haya otorgado el nombre de un mito
femenino[16].
Por todo lo dicho hasta ahora, podría tratarse de un planeta:
De tierra, femenino (pasivo), maléfico, transpersonal (compulsivo),
trasgresor, realista, intelectual, tecnológico, materialista. Guardaría
analogía con los aparatos de detección y medida más avanzados, la tecnología
punta (informática, robótica, microcirugía, digitalización), el rigor
científico y la falta del mismo, la contabilidad creativa, la
especulación financiera y dialéctica, la telebasura, internet, el fraude
alimentario, la publicidad engañosa, la corrupción política y en el sector de
la construcción; el consumismo, y, en otro orden de cosas, por incluir
tendencias actuales, las “salidas del armario” y otras liberaciones sexuales y
la homosexualidad femenina en particular.
Sergio
Rivillo Corral, 23 Dic 2009
sergio.rivillo@gmail.com
Espacio y símbolo en Astrología, JL San Miguel de Pablos (Ed. Obelisco, 1987)
El extraño descubrimiento de Neptuno, JL San Miguel de Pablos (Ed. Eudemon 1998)
Efemérides de Eris: http://www.astro.com/swisseph/eris.htm
Software: Kepler, de Miguel
García Ferrández
Datos astronómicos e históricos:
(a) Caltech.edu
(California Institute of technology)
(b) Astralis.es (2009)
Mitología de Eris:
(a)
Arescronida.wordpress.com/ (2009)
(b) Wikipedia.org
(2009)
ANEXO A: PARÁMETROS ASTRONÓMICOS
1.-Tamaño aparente
La vista humana es capaz de discernir objetos de un tamaño aparente de unos 5" de arco. El Sol y la Luna tienen poco más de 30’ de arco; Urano, con un tamaño aparente de entre 3” y 4”, debe ser visible por algunos animales, posiblemente ciertas aves, pero no para los humanos.
R/L=tg(TA/2);
TA=2*arc tg R/L ; (R=radio; L=distancia del observador; TA=tamaño aparente).
2.-Geometría de la elipse
Los planetas recorren en
su movimiento de traslación órbitas elípticas en torno a un astro central que
ocupa uno de los focos de dicha elipse:
Una elipse es el conjunto
de puntos (x,y) cuya suma de distancias a dos puntos distintos prefijados
(llamados focos) es constante.
Es fácil dibujar
una elipse con un lápiz (que parte de un punto cualquiera (x,y) y un cordel
fijado en sus extremos a dos “focos” f1 y f2. Si los dos focos están tan cerca
que coinciden en el mismo punto obtendríamos una elipse de excentricidad=0, es
decir, un círculo. Se define excentricidad como el cociente entre la
semidistancia focal y el semieje mayor e=c/a. Por eso, una elipse muy alargada
tendría los focos tan separados que el cociente c/a sería próximo a 1. Así
pues, la excentricidad varía desde 0 (círculo) hasta 1 (recta).
3.-Leyes de Kepler
Fueron enunciadas por
Johannes Kepler para explicar el movimiento de los planetas en sus órbitas
alrededor del Sol. Aunque él no las enunció en el mismo orden, en la actualidad
las leyes se numeran como sigue:
Primera Ley
(1609): Todos los planetas se desplazan alrededor del Sol describiendo órbitas
elípticas, estando el Sol situado en uno de los focos.
Segunda Ley
(1609): El radio vector que une el planeta y el Sol barre áreas iguales en
tiempos iguales.
La ley de las áreas es
equivalente a la constancia del momento angular:
r1v1=r2v2
donde v es la
velocidad angular y r la distancia al foco de traslación), es decir,
cuando el planeta está más alejado del Sol (afelio) su velocidad es menor que
cuando está más cercano al Sol (perihelio). En el afelio y en el perihelio, el
momento angular L es el producto de la masa del planeta, su velocidad angular y
su distancia al centro del Sol.
Tercera Ley
(1618): Para cualquier planeta, el cuadrado de su período orbital (tiempo que
tarda en dar una vuelta alrededor del Sol) es directamente proporcional al cubo
de la distancia media con el Sol: T2/r3=K
donde, T es el
periodo orbital, r la distancia media del planeta con el Sol y K
la constante de proporcionalidad
Estas leyes se
aplican a otros cuerpos astronómicos que se encuentran en mutua influencia
gravitatoria como el sistema formado por la Tierra y la Luna.
4.-Ley de Tittius-Bode
La Ley de Tittius-Bode, que tan sólo dejan de cumplir Kirón y Neptuno, utiliza números enteros, como los números cuánticos (que también son números enteros que describen cualidad, forma, etc. más que cantidad, pues no son números “cuantitativos” sino “cualitativos”), y se define como:
d=0,4+0,3x2n
donde d es la distancia de una órbita estable al Sol en UA (Unidades Astronómicas; 1 UA sería la distancia Tierra-Sol, unos 149,6 millones de km). n sería un número natural de la serie: -, 0, 1, 2, 3, …, +
Número de Bode |
- |
0 |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
Distancia de Bode |
0,4 |
0,7 |
1 |
1,6 |
2,8 |
5,2 |
10,0 |
19,6 |
38,8 |
77,2 |
Distancia real media (UA) |
0,38 |
0,72 |
1 |
1,52 |
2,77 |
5,2 |
9,54 |
19,2 |
39,5 |
35-97 |
Planeta asociado |
Mercurio |
Venus |
Tierra |
Marte |
Ceres |
Júpiter |
Saturno |
Urano |
Plutón |
Eris? |
Parece ser que las órbitas de Bode son las más probables, seguramente por ser las más estables, y han facilitado mucho el sucesivo descubrimiento y ubicación de los planetas descubiertos más recientemente. Las órbitas de Tittius, consideradas en un principio como la mera coincidencia de un constructo teórico, empezaron a tomarse en serio a partir de la divulgación de Bode y el descubrimiento de Ceres, Urano y Plutón.
ANEXO B: MITOLOGÍA DE ERIS
Eris era la
diosa[17]
de la lucha, la discordia, la contención, la rivalidad y el odio. Fue a menudo
representada específicamente como el demonio de las luchas en la guerra, que
rondaba el campo de batalla y se deleitaba en el derramamiento de sangre
humana. Su nombre romano fue Discordia.
Debido a la naturaleza
desagradable Eris fue la única diosa que no sería invitada a la boda de Peleo
y Tetis. Cuando fue de todos modos, se le negó la admisión y,
en un gesto de furia, arrojó una manzana de oro entre el grupo de diosas
presentes, diciendo: ”Para la más hermosa”. Tres diosas reclamaron la manzana,
y su rivalidad provocó los acontecimientos que condujeron a la guerra de Troya.
Hera, Atenea y Afrodita, reclamaron el honor
del reconocimiento de su belleza, como Zeus no podía intervenir
(una era su esposa y las otras sus hijas) ordenó a Hermes que
las escoltara con el mortal Alexandros [París], para ser
juzgado la disputa por el joven.
Se le ofrecieron a Alexandros
dones: Hera dijo que si ella era elegida la mujer más bella de todas, le haría
el rey de todos los hombres, Atenea le prometió la victoria en la guerra, y
Afrodita le prometió Helena en el matrimonio. Alexandros recibió y escucho a
las diosas y concedió la manzana a Afrodita, que había sobornado al ofrecer a
la mujer más bella del mundo —Helena— como su novia. Con la ayuda de Afrodita, la
reina Helena fue seducida y raptada a Troya por París, la chispa que empezó la
guerra de Troya.
Eris era otra de las hijas de Nix
y Erebo, pero al estar estrechamente identificada con la diosa
de la guerra Enio (hija de Zeus y Hera) se la ha hecho hermana
de Ares (dios de la guerra). De hecho Homero utiliza los nombres
indistintamente. Ella también estaba relacionada con Ma, una
diosa de Anatolia y con Bellona, la diosa romana de la guerra.
Según Homero, Eris que vaga, al
principio pequeña e insignificante, pero pronto levanta la cabeza hasta el
cielo. Como amiga y hermana de Ares, se deleita en el tumulto de la guerra y en
el aumento de los quejidos de los hombres. Es insaciable en su deseo de
derramamiento de sangre, y después de todos los otros dioses se han retirado
del campo de batalla, todavía sigue regocijándose por los estragos que ha
hecho.
Esopo, (fábula griega de siglo VI
a.C) nos cuenta:
Heracles se dirigía
a través de un estrecho paso. Vio algo que parecía una manzana en el suelo y
trató de romper con su masa. Después de haber sido golpeado por la masa, esta
aumentó hasta el doble de su tamaño. Heracles golpeó de nuevo con su masa,
incluso más duro que antes, y la cosa se extendió luego a un tamaño tal que le
cerraba el paso de Heracles. Heracles soltó de su masa y se quedó asombrado.
Atenea le vio y dijo: —Oh Heracles, no estes tan
sorprendido! eso lo ha provocado su confusión aporía (contencioso) y Eris (la
Discordia). Si usted lo deja como está, se queda pequeña, pero si decide luchar
contra ella, entonces se hincha de su pequeña dimensión y aumenta de tamaño—.
Cuenta el griego Coluto de
Licópolis en su poema El rapto de Helena (siglos VI a.C a V a.C) lo siguiente:
Vos las Ninfas de
Troya, hijas del río Xanthus que a menudo aparecen en las playas de arenas de
su padre, atando sus trenzas y jugando con sus sagradas manos, listas para el
baile en Ida, vengan acá, dejen al sonoro río, y cuéntenme a mí (Helena) lo que el pastor como juez decidió; díganme de que
colinas el vino, (…) por qué pastores deben hacer de jueces a inmortales (…)
Así entre las altas y puntiagudas
colinas del Haemonians (Tesalia), la canción de la boda de Peleo era cantada
mientras, a la orden de Zeus, Ganimede vertió el
vino. Y toda la raza de los dioses se dio prisa para hacer honor a la novia
vestida de blanco (Tetis) , la
propia hermana de Anfítrite, Zeus del
Olimpo y Poseidon del mar
(…) Y después de él, Hera, la
hermana de Zeus, siguió; (…). Afrodita igual,
rezagada vino de los bosques (…) después de haber formado una corona nupcial,
llevando su carcaj el astuto Eros. Y Atenea
se quitó su casco poderoso de su frente y siguió al matrimonio, aunque del
matrimonio ella era no enseñada. Ni hizo la hija de Leto,
Artemisa, hermana de Apolo, el desdén dejar de venir, (…) Y
Ares feroz, sin casco, ni alzando la lanza bélica, (…) Pero Eris hizo Quirón deja sin
el honor; Quirón no la consideró y Peleo no la
consideró.
Y cuando solo alguna vaquilla
vagaba por la pastura en la cañada (…) Eris, superada por las punzadas de celos
y enfadado, vagó en busca de una manera de perturbar el banquete de los dioses.
(…) Ella golpeó con violencia con su mano el pecho de la tierra y no respondió
la piedra. Frustrada quería ella de soltar las barras y cerrojos de las
hondonadas tenebrosas y despertar a los titanes del hoyo inferior para destruir
el cielo, el asiento de Zeus que gobierna desde lo alto. (…) Y ella pensó
despertar el fragor del sonido de escudos, feliz de que ellos podrían brincar
en el terror ante al ruido. Pero de ella pensó astutamente más tarde, también,
que ella se retiraría ante el miedo de la furia de Ares, el guerrero escudado.
Y ahora ella pensó en de las
manzanas doradas del Hesperides. Eris
entonces tomó la fruta que debía ser el heraldo de la guerra, (…) Girando su
brazo ella lanzó en el banquete la semilla original del tumulto y perturbó al
coro de diosas. Hera, gloriándose de quien era esposa y que compartía la cama
de Zeus, miró asombrada, y la habría rápidamente agarrado. Y Cypris (Afrodita),
como ser más excelente que todas, deseó tener la manzana, como tesoro de los
Amores. Pero Hera no la dejaría y Atenea no se rendiría.
Y Zeus, viendo la riña de las
diosas, y llamando su hijo Hermaon (Hermes) que se sentaba debajo de su trono
le digo así: —Acaso hijo mío, usted ha oído hablar
de un hijo de Priamo, Alexandro (París), de juventud espléndida que cuida sus
manadas en las colinas de Troya, de a él la manzana; (…) Y le permite escoger
quien tendrá la fruta famosa para llevarse el premio de la más hermosa
(…) Así el padre, hijo de Cronos, Hermaon obedeció. Y él al escuchar la orden
de su padre y llevó las diosas y no consideró más.
Y cada diosa buscó hacer su
belleza más deseable y justa. Cypris de consejos astutos desplegó sus trenzas y
deshizo el broche fragante de su pelo y destrenzó sus cabellos de oro, sus
rizos dorados fluyeron. Y ella vio a sus niños, los Amores, y los llamó. —¡El concurso está a mano, estimados niños! Abracen a su
madre que lo alimentó. Este día se me juzga la belleza. Yo temo a quien este
pastor otorgará la manzana. Hera, a quien ellos la llaman a la madre santa de
las Gracias, dicen ellos que ella maneja la soberanía y sostenimientos de
cetros. Y Atenea, a quienes ellos alguna veces llaman a la reina de las
batallas. Yo sólo, Cypris, soy una diosa que no le gusta la guerra. Yo no tengo
ninguna nave como la reina de los dioses, ni manejo ninguna lanza bélica, (…)
Y los Amores errantes oyeron la orden de su estimada su madre y se dieron prisa
en su ayuda. (…)
Él (Paris) miró de lejos a Hermaon
el mensajero. Y en el miedo él brincó y buscó huir del ojo de los dioses. Él se
apoyó contra un roble su coro de cañas musicales y verificó su disposición que
no tenía mucha labor todavía. Y él en su miedo escuchó al maravilloso Hermes
hablar así: —(…) venga acá y dé decisión como juez
de las diosas de cielo. Venga acá y decida quién es la belleza más grande, y a
la más hermosa y encamtadora dé esta manzana—. (…)
Antes de que él diera el juicio,
Atena lo agarró, sonriendo, por la mano y le habló a Alejandro (Paris) así: —¡Venga acá, hijo de Priamo! no deje a Afrodita, reina de
las glorietas nupciales y a la esposa de Zeus y escuche sin alabo que Atenea
ayuda a las proezas de los hombres. (…)Venga acá, y yo le haré el duro salvador
de su ciudad a los hombres; para que nunca en su vida Enio (la diosa de la
guerra) de ira dolorosa caiga pesadamente en usted. Escúcheme y yo le enseñaré
la guerra y sus proeza—.
Atena así llorada sus muchos
consejos, y Hera la de blancos brazos subió y dijo así:
—(…) demé a mí la fruta de la más hermosa, yo le haré el señor de toda el Asia.
Desdeñe los trabajos de batalla. ¿Qué tiene un rey que hacer con la guerra? Un
príncipe da ordenes los valientes. No siempre se es escuderos de Atenea. Veloz
es la sentencia y la muerte de los sirvientes de Enio!—
(…) Y alzando con sus manos el
cinto meloso de los amores ella desnudó todo su pecho (…) Y sonrientemente ella
habló así al pastor: —Acépteme y se olvida de
guerras: tome mi belleza y deje el cetro y la tierra de Asia. Yo no sé los
trabajos de batalla. ¿Qué tiene Afrodita para hacer con los escudos? Porque la
belleza es por mucho la mayor ventaja de las mujeres. En lugar de la proeza
varonil, yo le daré una novia encantadora, y, en lugar de majestad, entrara en
usted la cama de Helena (…)
No había todavía dejado de hablar y él le dio la manzana espléndida, la belleza era ofrecida como gran tesoro a Afrodita, (…) Y ella, sosteniendo la manzana en su mano, profirió su voz y burla a Hera y a la varonil Atena: —Ríndanse ante mí, acostumbradas como vos a guerrear, ríndame la victoria. La belleza yo he amado y la belleza me sigue. Ellos dicen que usted, la madre de Ares, reina de las Gracias. Pero hoy ellas todas se le han negado y no usted no ha encontró su ayuda. (…) ¡Y cómo vano es tratar de jactarse, Atrytone (burla a Atenea por no haber tenido madre)! (…) cómo su cuerpo se cubre en las túnicas de latón, usted huye del amor y busca los trabajos de Ares, no enseñado de armonía y no acostumbrada a la concordia. (…) Así habló Cypris y de Atenea se mofó. Así que ella consiguió el premio de belleza que iba a traer la ruina de una ciudad, rechazando a Hera y Atena indignadas.
[1] Ya expuse una valoración estadística del posible efecto de Eris en las cartas de 100 líderes políticos de máxima relevancia en comparación con los 7 planetas clásicos y los 3 transpersonales. Las mayores incidencias en los muestreos más significativos se dan con los 7 planetas clásicos, especialmente si se consideran como regentes únicos de las casas. Plutón y otros transneptunianos muestran desviaciones poco significativas; y Eris, aún menores.
[2]
En esta introducción me limito a transcribir información del instituto Caltech
y otros en la web (Wikipedia, etc.)
[3]
...y su satélite Gabrielle, como en la serie televisiva.
[4] El astrónomo José Luis Ortiz, del Instituto Astrofísico de
Andalucía (España), se atribuye también el descubrimiento de Xena.
[5]
Al igual que Sedna y otros plutoides, todos ellos tan sólo un poco más
pequeños que Plutón o Eris, deberían ser objeto de investigación, algo que
queda más allá del objeto del presente estudio. Dudamos del valor astrológico
de Qaoar, con una órbita muy próxima a la de Plutón pero un tanto alejada del
valor teórico de Bode, y un menor tamaño. Sedna orbita mucho más allá de Eris y
mereceria un estudio posterior. Pero seguramente se descubrirán otros
objetos de Kuiper, pues sólo se ha explorado una franja próxima a la
eclíptica.
[6] La llamada “Nube de Oort” se
encontraría mucho más allá, sería esférica y daría origen a los cometas.
[7]
Por la lentitud de su movimiento, siempre actúan de manera simultánea, en
colaboración, con otros planetas más rápidos, que hacen de “lupa” o
“disparador”.
[8]
El “lentísimo” Plutón, ahora cerca de su perihelio, el punto de su órbita más
cercano al Sol, se mueve a poco más de 2º por año; en su afelio se mueve a
bastante menos de 1º por año.
[9]
Según palabras de José Luis San Miguel de Pablos: Neptuno –el utópico, lo que
quiere decir “no perteneciente a ningún lugar”- está fuera de la estructura de
las órbitas. Neptuno, incumpliendo la ley de Bode se nos presenta como el
símbolo de algo que no es de nuestro mundo.
[10]
Aunque ciertos mitos como el de Saturno o Neptuno están “personificados” de
manera “masculina”, y teniendo en cuenta que estos conceptos nada tienen que
ver con el sexo, parecen actuar como una energía “femenina”. Es posible que el
papel históricamente secundario de la mujer en un mundo bastante “masculinista”
tenga que ver con las atribuciones simbólicas, de raíz claramente cultural.
[11]
El color asociado astrológicamente se relaciona con el color observado desde la
superficie de la Tierra: Marte, rojizo, Júpiter, azulado, etc.,...como
repartiéndose los colores del espectro visible.
[12]
Cada vez parece más clara la asociación de Ceres (o más bien todo el cinturón
de asteroides), una especie de manifestación femenina de Mercurio, al signo de
Virgo, femenino también. Poco utilizado todavía, pero con un tamaño casi la
mitad que Plutón, pero muchísimo más próximo, Ceres cumple la ley de Bode y
debe tener función astrológica, eso sí, poco práctica, pues al ser tan sólo el
objeto más grande del cinturón de asteroides, su función debe hallarse un tanto
dispersa a lo largo del mismo, pues Pallas, Juno y Vesta (y otros) tienen el
mismo número de Bode y deberían contar.
[13] Algo que me indujo a hacer
el estudio estadístico, en la 2ª parte de este trabajo, entre el sector de los
líderes políticos, de los que contábamos con abundancia relativa de casos con
hora de nacimiento fiable en la base de datos de Astralis.es
[14] Y
el anuncio público, el 29 de Julio de 2005, con 4 planetas indignos.
[15]
¿Quizá cuando Eris entró en Aries?
[16]
Saturno, con nombre masculino, cumple una función femenina en el dipolo
simbólico Júpiter-Saturno; Hera, la esposa de Zeus, se corresponde con la
simbología de Saturno.
[17] o
espíritu (Daimona)